CASHFLOW QUADRANT
Quiero comentarles que inicie la lectura con algo de escepticismo, pues ya había leído el libro Padre rico, padre pobre de los mismos autores, y este no lleno del todo las expectativas que tenía cuando me fue recomendado por un amigo empresario. Creo que una buena parte del libro repite muchas de las cosas que ya había leído y por lo tanto fue un poco difícil llegar al almendrón de esta nueva versión.
Mi recomendación seria que solamente se realizara la lectura de Cash-flow quadrant, para evitar caer en la repetición de conceptos.
Para mí el aporte mas importante al igual que en algunos otros libros que tienen la misma perspectiva, es el de presentar una metodología que permita abordar el hecho al que todo ser humano se verá enfrentado en algún momento de su vida. Todos debemos de alguna manera tomar la opción que más nos genere expectativas de felicidad, entendiendo que en el libro se plantea la felicidad como el hecho de contar con una independencia financiera que nos permita que el dinero trabaje para nosotros y así poder disfrutar más de nuestro tiempo, por ejemplo con la familia.
El método está planteado también con el objetivo de ubicarse como persona dentro del mejor cuadrante posible, para mí es el de inversionista por su puesto, pero este no limita para ubicarse en alguno de los otros tipos de persona planteados, la idea sí, es tratar de avanzar siempre en el cuadrante y así poder lograr la meta que nos hayamos propuesto. Estoy de acuerdo con la definición y las características asociadas a cada tipo de persona, dependiendo del cuadrante en el que se encuentre, pero tal y como dice el libro, el estar en uno u otro cuadrante no garantiza el éxito, entendido como mayor o menor grado de independencia financiera, a su vez me parece que no todos nacieron para emprendedores o empresarios y por lo tanto todas las instancias tienen lados buenos. Depende de lo que cada uno busque en la vida.
Me llamó mucho la atención que los autores siempre reconocen que la base del éxito radica en gran medida en una preparación académica en todos los sentidos requeridos (financiero, administrativo, análisis de riesgo, etc.). También en la clase de personas que nosotros mismos decidamos que nos deben rodear.
Por último y como toda buena práctica, se debe trabajar incansablemente para lograr las metas propuestas “siempre como el primer día”, estas mismas deben ser propuestas con la debida sensatez, deben ser logrables y poder medirse claramente.
Entender el fracaso no como un castigo sino como una oportunidad de aprendizaje, buscar apoyo en las personas que conocen y han recorrido el camino antes que uno y una alta dosis de creer en uno mismo y en lo que uno puede hacer, complementan la receta.
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